viernes, 10 de abril de 2020

VIERNES SANTO: LA SEXTA LLAGA DE JESÚS


10 abril 2020

Viernes Santo.

Hoy se reza el Viacrucis.
Se lee el relato de la Pasión de Cristo.
Se rezan los Misterios Dolorosos.
Y todo mundo tiene bien presente las cinco llagas de Jesús:
Llagas de las manos (2), llagas de los pies (2), llaga del costado (1)

San Bernardo de Claraval (Francia, 1090 - 1153).
Según los archivos del convento de Claraval, 
San Bernardo tuvo una conversación 
con Nuestro Señor.
San Bernardo le preguntó a Nuestro Señor 
cuál fue el mayor sufrimiento del que nadie 
se acuerda.

Jesús le respondió:

Mientras iba cargando la cruz,
se formaba en mi hombro una herida grave. 
Era más dolorosa que las demás. 
Nadie la recuerda.
A quien la honre con su devoción 
le perdonaré sus pecados veniales, 
y no permitiré que muera en pecado mortal.


San Pío de Pietrelcina (Italia, 1887 - 1968).
Soportó por 50 años los estigmas, o llagas de Jesús.

Stefano Campanella, periodista italiano, 
escribió el libro El Papa y el Fraile.

Cuenta que el Padre Karol Wojtyla 
(hoy San Juan Pablo 2°), 
atraído por la fama del Padre Pío, 
fue a conocerlo a su convento.
En medio de la conversación, 
el Padre Wojtyla le preguntó al Padre Pío 
cuál de las heridas le dolía más. 
Pensaba que la respuesta sería 
que la del costado.

El Padre Pío le contestó:

Es mi llaga en el hombro. Nadie la conoce. 
Nunca se ha tratado. Nunca se ha curado.

Frank Rega, EE.UU., autor de varios libros 
de biografías y temas católicos, escribió en 2008:

El Padre Pío le contó al Hermano Modestino Fucci 
que sus dolores más grandes los tenía 
cuando se cambiaba la camiseta.

El Hermano Modestino supuso siempre
que era por la llaga del costado.

En 1971 le encargaron practicar un inventario 
de los efectos personales del Padre Pío. 

Encontró una camiseta manchada de sangre. 
La mancha más grande correspondía 
al hombro derecho.

Esa misma noche, el Hermano le pidió al Padre Pío
que le diera una señal de si había tenido 
la llaga del hombro de Cristo.

A la una de la mañana, 
lo despertó un agudo dolor en el hombro derecho,
como si lo hubieran cortado con un cuchillo. 

Sintió que era tan insoportable, 
que creyó que iba a morir del dolor. 
Por fortuna duró poco.

El cuarto se llenó enseguida de perfume de flores,
típico signo de la presencia espiritual del Padre Pío. 
Y oyó que le decía: 
"¡Esto es lo que tuve que sufrir!".

Las cruces romanas encontradas
pesan cerca de 140 kilos.

La cruz se compone de un palo vertical (stipes)
y de un palo horizontal (patíbulo).

Supongamos que los condenados
cargaban solamente el patíbulo,
el palo de menor peso. 

El patíbulo pesa unos 40 kilos.
No se carga sobre el cuello.
Pues, por su grosor, se dificulta demasiado 
sostenerlo con los brazos.
Se carga sobre el hombro.
El palo es anguloso, filoso.

Del pretorio de Pilato al Gólgota 
había entre 600 y 800 metros 
de camino irregular.
(No se sabe con precisión. 
Recordemos que de Jerusalén 
no quedó piedra sobre piedra)

Asumamos que 600. 
Es una distancia interminable y penosa 
en las condiciones nada envidiables de Jesús. 

No había comido desde la Última Cena.
No había dormido.
Había sido empujado, golpeado, insultado, 
flagelado con sevicia. 
Llevaba clavado un casco de espinas en la cabeza.
No la corona en forma de aro, 
sino la corona en forma de capacete, 
que cubría toda la cabeza, 
como imitación burlona de la de un rey judío.  
[El texto griego de Mateo dice que la pusieron epi (sobre) la cabeza, no peri (en torno a) la cabeza.
La Sábana Santa así lo demuestra.]


La llaga del hombro de Cristo ha sido siempre 
"La Gran Desconocida".




http://www.reinadelcielo.org/la-llaga-del-hombro-de-jesus-el-padre-pio-y-san-bernardo-de-claraval/
Mateo 24,2
Mateo 27,29 http://www.sabanasanta.org/cascodespinas.htm