11 febrero 2021
Hoy hace 163 años (11 feb 1858),
ocurrió la primera de 18 apariciones
de Nuestra Señora de Lourdes
a Santa Bernardita Soubirous.
Su nombre era Maria Bernada Sobirós.
Su diminutivo Bernadeta.
En occitano, el dialecto en que hablaba Bernardita.
En la tercera aparición (18 feb 1858),
la Virgen le anunció a Bernardita que sería feliz.
Pero no en esta vida, sino en la otra.
[Con esto, nos enseña Dios,
por medio de la Virgen,
que nuestra meta
no es la felicidad en esta vida,
sino en la otra.]
Como el diablo no podía soportar la veneración mariana sin hacer nada, en la cuarta aparición (19 feb 1858) se oyeron unos aullidos diabólicos, que fueron apagados de inmediato por la mirada severa de la Santísima Virgen.
También empezaron a ocurrir apariciones extrañas en las cercanías de la gruta.
Luego unos niños delirantes y posesos.
Más tarde, unos hombres extravagantes con mensajes raros.
El contraste con la mansedumbre de Bernardita fue clara señal para todos de que esos sucesos extravagantes eran falsificaciones del diablo.
En la novena aparición (25 feb 1858),
la Virgen le pidió a Bernardita
que comiera hierbas. Bernardita las comió.
Y que escarbara en el suelo en busca de agua
y bebiera de ella.
Luego de un buen rato de escarbar, brotó agua.
Inicialmente fangosa.
De esa agua bebió Bernardita,
y su cara quedó untada de barro.
Los cientos de personas que presenciaban,
la creyeron loca y dudaron de las apariciones.
Los padres de Bernardita le limpiaron el barro
y se la llevaron a casa.
Poco a poco el agua se fue aclarando.
Es el agua que, desde entonces, a muchos ha curado
de sus males físicos.
[Bernardita tenía tanta fe en la Virgen,
que no le importaba ni lo descabellado
que pareciera el pedido de la Virgen,
ni las hirientes burlas de los presentes.
Y así se cumplen las palabras del Magníficat,
el canto de María cuando visitó a Isabel:
"Dios hace proezas con su brazo.
Confunde a los soberbios.
Enaltece a los humildes".
la Virgen le pidió a Bernardita
que comiera hierbas. Bernardita las comió.
Y que escarbara en el suelo en busca de agua
y bebiera de ella.
Luego de un buen rato de escarbar, brotó agua.
Inicialmente fangosa.
De esa agua bebió Bernardita,
y su cara quedó untada de barro.
Los cientos de personas que presenciaban,
la creyeron loca y dudaron de las apariciones.
Los padres de Bernardita le limpiaron el barro
y se la llevaron a casa.
Poco a poco el agua se fue aclarando.
Es el agua que, desde entonces, a muchos ha curado
de sus males físicos.
[Bernardita tenía tanta fe en la Virgen,
que no le importaba ni lo descabellado
que pareciera el pedido de la Virgen,
ni las hirientes burlas de los presentes.
Y así se cumplen las palabras del Magníficat,
el canto de María cuando visitó a Isabel:
"Dios hace proezas con su brazo.
Confunde a los soberbios.
Enaltece a los humildes".
Y así se cumplen las palabras de San Pablo:
"Para avergonzar a los que se creen sabios, Dios escoge a los que ellos creen tontos".
Bernardita, de tonta no tenía nada.
Más abajo se puede ver
la agudeza de sus respuestas.]
Para Bernardita, las apariciones de la Virgen
no fueron del todo un motivo de alegría.
Muchos creían que la jovencita mentía.
Principalmente el párroco y las autoridades civiles.
El párroco le pidió a Bernardita
que le preguntara el nombre a la Señora,
con la clara intención de pillarla en el engaño.
La aparición 16 (25 marzo 1858)
es una nueva bofetada para los incrédulos. Bernardita le preguntó el nombre a la Señora.
El sentido de la respuesta no lo entendió la joven,
pero dejó sin piso cualquier sospecha del párroco.
"Yo soy la Inmaculada Concepción".
Hacía 4 años, Pío 9° había declarado este dogma. Para las comunicaciones de la época,
para un pueblo campesino como Bartrès
(a 3 km de Lourdes
y donde se crió Bernardita por 13 años),
para una jovencita analfabeta,
con dificultad para aprender catecismo básico, "Inmaculada Concepción" eran palabras
totalmente nuevas y fuera de su comprensión.
[Muchos católicos hoy
tampoco las comprenden.
Creen que es la concepción del Niño Dios
en el seno de María
por obra del Espíritu Santo.
Pero en realidad es la condición en que,
por privilegio especialísimo de Dios,
fue concebida María sin pecado original
por sus padres, Santa Ana y San Joaquín.]
En la aparición 17 (5 abril 1858),
Bernardita permanece en éxtasis por 15 minutos.
En sus manos tiene un cirio encendido.
La llama del cirio casi consumido,
entra en contacto con su piel.
No hay dolor. No hay quemadura.
Lo documentó el médico Pierre Dozous,
testigo ocular del milagro.
La última aparición fue el 16 julio 1858.
La Virgen no dijo nada.
Pero estaba más bella que nunca.
Así lo contó Bernardita.
Fragmento de un interrogatorio a Bernardita:
- ¿En qué idioma habló la Virgen.
- Me habló en dialecto.
- Dios y la Virgen no hablan dialecto.
- ¿Ellos no saben dialecto, pero nosotros sí?
¿Creen que me habló en francés,
sin yo saber francés?
Otro fragmento:
- La Santísima Virgen te dijo
que serías feliz en la otra vida.
Eso significa que tienes el Cielo asegurado. ¿No?
- Ah, no. Yo sólo iré al Cielo
si me comporto correctamente.
[Bernardita lo tenía bien claro.
El Cielo hay que ganarlo.
No es gratis.]
Cuando inició la construcción de la capilla que pidió la Virgen, entre los 60 obreros que empezaron estaba Francisco Soubirous, padre de Bernardita, orgulloso de cooperar con su modesto trabajo a tan grandiosa obra.
La Oficina Médica de Lourdes ha certificado 7.000 curaciones científicamente inexplicables.
La Iglesia ha declarado sólo 70 como milagros de Dios.
Pero los milagros divinos más importantes
han sido las incontables conversiones.
En 1902, Marie Bailly iba en un tren a Lourdes.
Tenía peritonitis tuberculosa aguda.
Su abdomen estaba muy hinchado.
Y se palpaban masas duras.
En el mismo tren iba el Dr. Alexis Carrel,
(Premio Nobel de Medicina en 1912).
Estaba seguro de que Marie
no alcanzaría a llegar viva a Lourdes.
Lo mismo opinaban otros médicos
que iban en el mismo tren.
Médicos que se dedicaban a asistir a los pacientes
que viajaban en tren a Lourdes.
En Lourdes, llevaron a Marie a la gruta.
Le vertieron sobre el abdomen
tres jarras de agua de la gruta.
"A los 30 minutos, el abdomen estaba plano", escribió Carrel.
Al siguiente día, Marie regresó a Lyon, su ciudad,
completamente curada.
Carrel supervisó el caso por 4 meses.
Pero, incrédulo como era,
se negaba a reconocer esa curación como milagrosa.
Para no comprometerse, escribió un comunicado:
"Los creyentes se apresuraron
a llamar milagrosa esta curación.
La comunidad médica se rehúsa
a reconocer que hay curaciones
con todas las características de milagrosas".
En otra oportunidad, presenció en Lourdes
la curación instantánea de ceguera
de un niño de 18 meses.
En 1942 anunció públicamente
que creía en los milagros,
en Dios,
en la inmortalidad del alma
y en las enseñanzas de la Iglesia Católica.
El Dr. Luc Montaigner, descubridor del virus VIH, reconoce que en Lourdes ha habido curaciones
médicamente inexplicables.
Y recomienda
que los incrédulos sean menos precipitados
al emitir juicios que nieguen los milagros
sin antes aplicar con rigor el método científico.
La Iglesia ha declarado sólo 70 como milagros de Dios.
Pero los milagros divinos más importantes
han sido las incontables conversiones.
En 1902, Marie Bailly iba en un tren a Lourdes.
Tenía peritonitis tuberculosa aguda.
Su abdomen estaba muy hinchado.
Y se palpaban masas duras.
En el mismo tren iba el Dr. Alexis Carrel,
(Premio Nobel de Medicina en 1912).
Estaba seguro de que Marie
no alcanzaría a llegar viva a Lourdes.
Lo mismo opinaban otros médicos
que iban en el mismo tren.
Médicos que se dedicaban a asistir a los pacientes
que viajaban en tren a Lourdes.
En Lourdes, llevaron a Marie a la gruta.
Le vertieron sobre el abdomen
tres jarras de agua de la gruta.
"A los 30 minutos, el abdomen estaba plano", escribió Carrel.
Al siguiente día, Marie regresó a Lyon, su ciudad,
completamente curada.
Carrel supervisó el caso por 4 meses.
Pero, incrédulo como era,
se negaba a reconocer esa curación como milagrosa.
Para no comprometerse, escribió un comunicado:
"Los creyentes se apresuraron
a llamar milagrosa esta curación.
La comunidad médica se rehúsa
a reconocer que hay curaciones
con todas las características de milagrosas".
En otra oportunidad, presenció en Lourdes
la curación instantánea de ceguera
de un niño de 18 meses.
En 1942 anunció públicamente
que creía en los milagros,
en Dios,
en la inmortalidad del alma
y en las enseñanzas de la Iglesia Católica.
El Dr. Luc Montaigner, descubridor del virus VIH, reconoce que en Lourdes ha habido curaciones
médicamente inexplicables.
Y recomienda
que los incrédulos sean menos precipitados
al emitir juicios que nieguen los milagros
sin antes aplicar con rigor el método científico.
Lucas 1,51
1 Corintios 1,27
https://www.ewtn.com/spanish/Maria/lourdes2.htm#La%20Piedad%20de%20Bernardette%20vence%20las%20pruebas
https://es.aleteia.org/2018/11/25/el-milagro-de-lourdes-que-convirtio-a-un-premio-nobel/
https://www.religionenlibertad.com/ciencia_y_fe/40721/lourdes-3-milagros-reconocidos-con-medicina-del-sxxi-69-desde1862.html
https://mercaba.org/SANTORAL/Vida/02/02-11_VIRGEN_de_LOURDES.htm