6 junio 2022
Pablo 6°
El Papa Pablo 6° declaró el 21 noviembre de 1964, en el Concilio Vaticano 2°, que María es Madre de la Iglesia.
Y dispuso incorporar a las letanías de la Virgen la advocación Madre de la Iglesia, que se reza casi al principio:
Juan Pablo 2°
En la Semana Santa de 1980, un estudiante universitario miembro del Opus Dei pudo conversar brevemente con el Papa Juan Pablo 2° :
— Santo Padre, la Plaza de San Pedro está incompleta. Hay 162 estatuas de santos, pero no hay ni una imagen de la Virgen.
— Hay que completar la Plaza —dijo el Papa.
Se consultó con el arquitecto español Javier Cotelo, quien luego de examinar y no hallar dónde colocar una estatua de la Virgen, decidió que lo mejor era poner un mosaico (cuadro formado con piezas pequeñas) en un sitio bien visible.
Clausuró una ventana de uno de los edificios de la plaza, y en su lugar, el 7 de diciembre de 1981, instaló el mosaico.
Al día siguiente, festividad de la Inmaculada, el Papa la bendijo.
Desde que Bernini diseñó la plaza en 1657, pasaron 324 años para que se corrigiera este descuido: la ausencia de la Reina de todos los santos.
Francisco
El 11 febrero 2018, el Papa Francisco decretó la celebración litúrgica de María Madre de la Iglesia para el lunes siguiente al domingo de Pentecostés.
¿Por qué María es Madre de la Iglesia?
Iglesia: comunidad universal de los creyentes.
De hecho, Cristo mismo se identifica como la Iglesia.
Cristo es la Iglesia.
María es Madre de Cristo.
Luego, María es Madre de la Iglesia.
María lo sabe. Lo acepta con total disposición. Como aceptó con total disposición ser la Madre de Cristo:
Soy la esclava del Señor. Que se cumpla en mí todo lo que me anuncias —dijo al ángel Gabriel. (Lucas 1,38)
Y cumplidamente ejerce ese encargo.
Después de la pérdida y hallazgo en el templo:
Jesús volvió con [María y José] a Nazaret, y vivía dócil a ellos. Su madre guardaba en su corazón lo que Jesús comunicaba de Sí mismo, y Él crecía en sabiduría y estatura, gozando del favor de Dios y de los hombres. (Lucas 2,51)
Así como María cuidó entrañablemente de su Hijo Jesús, cuida entrañablemente de nosotros, hijos suyos por la gracia de Dios.
Por eso, en la Virgen María encontramos amor, consuelo, refugio, auxilio, intercesión.
María, que es reina por ser madre de un rey, del Rey de reyes, intercede de manera efectiva por nosotros ante su Divino Hijo, y Jesús es hijo de exquisita delicadeza con su Madre.