viernes, 27 de noviembre de 2020

NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA

 

27 noviembre 2020

La Medalla Milagrosa está llena de doctrina mariana.



La oración alrededor de la Virgen:

Oh, María, sin pecado concebida, 
rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

La Virgen, por una gracia especialísima de Dios, no tuvo ni siquiera pecado original.


En ese momento, 1830, 
esa verdad aún no había sido oficialmente declarada dogma.

El dogma de que María 
es la única criatura puramente humana
concebida sin pecado 
fue decretado 24 años después 
por el Papa Pío 9° (en 1854).

Es el cumplimiento de la profecía de Dios a satanás en el Paraíso:

Pondré enemistad entre ti y la mujer.

La mujer es la Santísima Virgen María.

Nunca satanás tuvo poder sobre la Virgen.

Lo cual está simbolizado en la Medalla Milagrosa 
con la figura de María pisoteando a la serpiente.

Los rayos que despiden sus manos extendidas 
"son las gracias y bendiciones 
que yo [la Virgen]  derramo 
sobre quienes me invocan como Madre".

"¡Pero hay tantos que nunca me invocan! 
Y muchos de esos rayos se pierden, 
porque pocas veces me rezan"

"Este globo es el mundo entero, 
donde viven mis hijos". 


La Virgen está de pie sobre el mundo, 
indicando que es la reina del mundo.

Es reina porque su Hijo es rey. 

Era la tradición judía.

Como se ve, por ejemplo, en el pasaje 
del rey Salomón y Betsabé, su madre.

Salomón se comporta ante ella 
como la reina que era 
por el hecho de ser la madre de él, que era rey. 

La Virgen María es entonces reina de todo lo creado,
porque su Hijo es rey de todo lo creado. 

Tal como rezamos en el quinto misterio glorioso. 




Las doce estrellas simbolizan los doce apóstoles, germen de la Iglesia que fundó Cristo.
Por lo cual se afirma que la Iglesia es apostólica.

(Recordemos lo que dice la Biblia: 
San Matías reemplazó a Judas Iscariote, el traidor.)

La M es por el nombre de María.

Entrelazada con la cruz redentora de Cristo. 

María estuvo junto a la cruz. 

Cualquier madre puede comprender 
el indecible dolor que sintió María viendo a su Hijo 
sufriendo, agonizando y muriendo en la cruz. 

Y peor ese dolor si se considera 
que María es la única madre 
que tuvo un hijo perfecto, 
la única madre que jamás tuvo queja de su Hijo.

De ahí que el Corazón sufriente de Jesús 
estuvo acompañado del corazón sufriente de María.

Tal como lo anunció Simeón, 
cuando María fue al templo 
a la consagración o presentación legal de su Hijo.

Dijo Simeón: 
"Una espada atravesará tu corazón".

Todo ello representado en la Medalla Milagrosa 
con los corazones de la Madre y del Hijo 
atravesados de dolor.

Por ese estrecho acompañamiento 
de la Virgen a su Hijo en la pasión redentora, 
se dice que María es corredentora.

No en el sentido de que sea redentora 
juntamente con Jesús, 
pues Jesús es nuestro único redentor.

Sino en el sentido de que cooperó en la redención.

Cooperó de tres maneras:


Primera:

Aceptando la voluntad de Dios en la Anunciación:

Estoy para servir al Señor. 
Que en mí se cumpla tu palabra


Este sometimiento a la voluntad de Dios,
le dio pie a Jesús para alabar a María. 

Estaba Jesús predicando.
Una mujer de la multitud, 
emocionada por la predicación de Jesús, 
dijo a gritos:

"¡Afortunado el vientre que te dio a luz
y el seno que te alimentó!" 

Y Jesús le replicó:

"Más afortunado quien oye la palabra de Dios 
y la obedece"

Una alusión discreta pero directa a la Virgen.


Segunda:

Desde el anuncio de Simeón, María asumió su destino de toda una vida sufriente, con pleno conocimiento del papel redentor de Jesús:

Este Niño será castigo para unos y salvación para otros, muchos lo rechazarán, y quedarán al descubierto las intenciones de muchos corazones. Esto va a ser para Ti como una espada que atravesará tu alma.  


Tercera:

Sabía que su Hijo padecería por nuestra redención, y llegado el momento, María soportó su intenso dolor de madre al pie de la cruz, consciente de esa misión redentora.



La medalla apareció en un período de grandes desórdenes para Francia y Europa, y de grandes peligros para el clero y la Iglesia.

Las revueltas liberales impulsaban la separación entre Estado e Iglesia, para convertirlo en un arma contra la religión.

Intentaban destruir el orden de la cristiandad, para levantar sobre sus ruinas unos nuevos mandamientos, legalizando lo que para Dios es pecado, y declarando perjudicial lo que para Dios es virtud.

Pero Nuestra Señora, consuelo de los afligidos, le diría a Sor Catalina Labouré:

Los que usen esta medalla con confianza recibirán abundantes gracias. 



Salmo 51,7
Génesis 3,15
1 Reyes 2,19
Hechos 1,26
Lucas 2,34
Lucas 11,27


https://observandoelparaiso.wordpress.com/2013/11/27/la-virgen-maria-santa-catalina-laboure-y-la-medalla-milagrosa/

https://es.aleteia.org/2014/11/25/la-medalla-milagrosa-uno-de-los-objetos-mas-venerados-del-mundo/?utm_campaign=Web_Notifications&utm_source=onesignal&utm_medium=notifications