22 noviembre 2020
Un Niño nos ha nacido .
Dios nos ha dado un Hijo.
La soberanía reposará sobre sus hombros.
Se sentará en el trono de[l rey] David.
Extenderá su poder de Rey a todas partes.
Su reinado quedará afianzado.
La imparcialidad y la justicia serán su fundamento, desde ahora y para siempre.
(Isaías 9,6)
No temas, ciudad de Sión. Mira que tu Rey vendrá sentado en un burrito.
(Juan 12,15) (Zacarías 9,9)
El Cordero es Señor de señores y Rey de reyes.
(Apocalipsis 17,15)
Vi el cielo abierto.
Apareció un caballo blanco.
El que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, porque con rectitud gobernaba y hacía la guerra.
Llevaba en su cabeza muchas coronas.
Su nombre era: La Palabra de Dios.
Gobernará a las naciones con cetro de hierro.
En su manto y en el muslo llevaba escrito este título:
"Rey de reyes y Señor de Señores".
(Apocalipsis 19,11-16)
Mi Padre me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra.
(Mateo 28,18)
Vi venir entre las nubes a alguien parecido a un Hijo de Hombre, que se adelantó ante el Anciano, y lo presentaron ante Él.
Y Él le dio la potestad, el honor y el reino.
Y todas las naciones lo servían.
Esa potestad es eterna.
No le será quitada.
Y su reino jamás será destruido.
(Daniel 7,13)
Estando Jesús en el pretorio (residencia del gobernador de Jerusalén), se desarrolla este diálogo entre Pilatos y Jesús:
— ¿Eres Tú el rey de los judíos?
— Mi Reino no es de este mundo. Mi Reino no es de aquí.
— Entonces, ¿Tú eres Rey?
— Tal como lo dices. Yo soy Rey. Para esto nací. Para esto vine al mundo. Para proclamar la verdad. Quien busca la verdad, obedece mi voz.
(Juan 18, 33-37)
Ése es el reino de Jesús. El reino de la bondad, de la rectitud, de la justicia, de la verdad.
Reino del cual serán súbditos los que anhelan dichos valores.
Pío 9° estableció la solemnidad de Cristo Rey el 11 de diciembre de 1925 mediante una encíclica, en la que explica:
Cristo reina en las inteligencias de los hombres, porque Él es la Verdad;
reina en las voluntades de los hombres, porque Él enciende en ellas propósitos nobles;
y reina en los corazones de los hombres, por su eminentísima caridad, mansedumbre y benignidad.
Reina en esos hombres que tienen la buena disposición de reconocerlo como Rey.
(Quas Primas -En la Primera [encíclica] en la que, #6)
http://www.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_11121925_quas-primas.html#_ednref2