Los archivos del Vaticano no son secretos.
Son privados.
("Secretum", en latín, es "Privado".)
Desde 1881 están abiertos a los investigadores.
La Iglesia no oculta. La Iglesia protege.
Hay documentos valiosísimos.
Si no se protegieran con la privacidad,
sólo Dios sabe cuántos se hubieran perdido para siempre.
Los depredadores de la cultura:
siempre vigilantes, siempre amenazantes.
Recuerde a Irak. ¡Cuántas piezas invaluables
se perdieron definitivamente en los saqueos
con motivo de la ocupación de EEUU!