jueves, 14 de abril de 2022

JUEVES SANTO: LA PASIÓN ANTES DE LA PASIÓN

 

14 abril 2022


En la cena, Jesús se muestra cariñoso.

Llama "Hijitos" a los apóstoles. 


Anuncia que será traicionado por uno de los doce.

No hay duda de la tristeza profunda que eso le causa. 

Traicionado por uno que había estado con Él por tres años.

Quien además tiene el descaro de preguntarle "¿Seré yo, Maestro?" 

Y anuncia que será negado por Pedro. El discípulo de tanta confianza.

Sale al huerto.

Les pide a sus más allegados que lo acompañen. En su tristeza y angustia quiere sentir esa especie de respaldo moral.


Pero no lo recibe. Ellos se duermen.

Él ve de antemano todo el daño y el dolor que va a padecer.

Y, por supuesto, como el buen hijo que es, piensa, con inmenso dolor en el alma, en cuánto debe de estar sufriendo su madre en ese momento, 
y en cuánto le espera por sufrir. 
 
Son tan tremendos su temor, tristeza y angustia, que suda sangre, y le pide al Padre que lo libere de lo que le espera. 

Sin embargo, recobra el aplomo y se dispone para lo peor.

Y el Padre le envía un ángel para que lo reconforte.

Piensa Jesús que tanto padecimiento no va a ser correspondido por aquellos a quienes va a salvar con su sacrificio.

Por supuesto, vio a la gente de este siglo; 
a los que ven a Jesús con indiferencia, 
a los que Jesús no les importa, 
a los que ven a Jesús con desprecio, 
a los que odian a Jesús. 

Llegan los soldados. 

Judas se le acerca y le da el beso. 

Pedro trata de defender a Jesús.

Pero Jesús piensa en Pedro y no en Él mismo.

Y le ordena que baje la espada.
 
Jesús ve lo obvio: que si Pedro se empeña en usarla, los soldados —más diestros y numerosos— lo van a matar.

Detienen a Jesús.

Todos sus apóstoles se dispersan.

Pedro lo niega.

a Jesús lo llevan a golpes, empujones e insultos.

Lo presentan ante los sacerdotes.

Y lo condenan sin haber cometido delito alguno.

Lo encierran en un cuarto inmundo.

Atado. Sin dormir. Sin poder ir al baño.

Y ahí permanecerá hasta el otro día, cuando va a comparecer ante Pilato y la turba exaltada.

La noche del jueves fue para Jesucristo Nuestro Señor una noche extraordinariamente trágica.

¿Valió la pena? De cada uno depende que haya valido la pena.


Jn 13,33

Mt 26,21. Mr 14,18. Lc 22,21. Jn 13,21.

Mt 26,25

Mr 14,33

Mr 14,37

Lc 22,41-44

Lc 22,48

Mt 26,51

Mt 26,56

Mt 26,57-68

Mt 26,69

Mr 15,1