viernes, 6 de agosto de 2021

LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS NUESTRO SEÑOR


6 agosto 2021 


Jesús les anuncia su muerte a sus discípulos. Y agregó:

Algunos de vosotros no moriréis antes de ver al Hijo del hombre aparecer en el esplendor de su Reino. (Mateo 16,28; Lucas 9,27)

Pocos días después, Jesús cumplió su palabra.
Se fue Jesús con Pedro, Santiago y Juan a un cerro.
Allí Jesús tomó un aspecto resplandeciente.

De pronto aparecieron Moisés y Elías.
Conversaban con Jesús de su partida de este mundo.
Pedro se sentía tan bien que propuso que se quedaran todos allí.

De repente, una nube los cubrió, y de ella brotó la voz del Padre:

"Éste es mi Hijo amado, mi alegría. Escuchadlo".

Luego todo volvió a la normalidad.

(Mateo 17,8; Lucas 9,34)


¿Estaban Moisés y Elías en el Cielo?

De Moisés, la Biblia dice que murió de 120 años gozando de buena salud.(Deuteronomio 34,5). 

De Elías, la Biblia dice que fue arrebatado por un carruaje de fuego en el que fue llevado al cielo. 
(2 Reyes 2,11)

Podría suponerse que el alma de Moisés estaba en el Cielo. 
Y que Elías estaba en cuerpo y alma en el Cielo. 
Y que por eso aparecieron conversando con Jesús.

Pero no es tan simple.

El Catecimo, 554, dice que la Transfiguración es una visión anticipada del Reino de Dios.

Si es una visión anticipada, ni Elías, ni Moisés estaban en el Cielo en ese momento.

Además hay un texto que complica la creencia de que Moisés y Elías estuvieran en el Cielo.

Jesús dijo: 

Nadie ha subido al Cielo, sino el que bajó del Cielo: el Hijo del hombre (Juan 3,13).

Como Jesús no miente, el alma de Moisés no subió al Cielo y Elías no fue llevado al Cielo.
Pues nadie pudo subir al Cielo antes de Jesús.

Pero la Biblia tampoco miente. Y dice que Elías fue llevado al cielo.

La Biblia habla de tres cielos. 
El cielo próximo, donde vuelan las aves. 
El cielo más distante, donde hay astros. 
Y el Paraíso celestial.

Dijo Dios: Vuelen las aves sobre la tierra, debajo del firmamento del cielo (Génesis 1,20)

Dijo Dios: Haya cuerpos luminosos en el firmamento del cielo (Génesis 1,16)

[San Pablo hablando de sí mismo:] 
Conozco un seguidor de Cristo que fue llevado al tercer cielo, fue llevado al Paraíso (Corintios 12,2).

La única explicación plausible es que Elías fue llevado al primer cielo. 
El carruaje que llevaba a Elías entró en el primer cielo y luego lo trasladó a otro lugar.

Pues algunos años después, Elías escribió al rey Joram de Judá una carta de recriminación y anuncio de desgracias futuras (2 Crónicas 21,12)

Algo parecido le ocurrió al apóstol Felipe. 
Luego de bautizar al tesorero de la reina de Etiopía, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe, y el etíope no lo vio más. 
Felipe apareció en Azoto, a unos 40 kilómetros de donde desapareció. (Hechos 8,38)


Moisés y Elías estaban en la morada de los muertos, en el "Seno de Abraham", donde estaban los justos que habían precedido a Jesús, esperando que Él les abriera las puertas del Cielo. 
(Catecismo 637)


La Transfiguración tiene el propósito de mostrar que, antes de volver a su gloria, Jesús debía pasar por la cruz. 

De eso conversaba Jesús con Moisés y Elías.

Debía cumplirse lo anunciado 
por los libros de Moisés  
y por los libros de los profetas 
(lo que explica la presencia de Moisés y Elías en la Transfiguración).


Lo dijo Jesús a los discípulos de Emaús después de resucitado:

¿No tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado? Todo está en los libros de Moisés y de los profetas. (Lucas 24,13)


Sufrimiento que Pedro insistía en no aceptar. Por eso propone armar tres tiendas y quedarse en el monte a disfrutar de esa visión de gloria.

Previamente, por negarse a aceptar la cruz de Cristo antes de su gloria, Jesús había tratado a Pedro con dureza: 
Apártate de Mí, satanás, no quieras persuadirme de lo contrario, pues piensas como los hombres, no como Dios. (Mateo 16,23)

La Transfiguración ocurrió para que sus apóstoles vieran que Jesús era el Dios de la gloria, aunque tuviera que ser tratado como vil criminal.

Más tarde, Pedro se referiría a la Transfiguración para afianzar en la fe a quienes predicaba: 

Cuando os dimos a conocer el poder y el regreso de Nuestro Señor Jesucristo, no estábamos siguiendo fábulas salidas de una imaginación exaltada. Con nuestros propios ojos vimos al Señor en toda su majestad. Lo vimos cuando Dios Padre lo honró y glorificó con estas palabras: "Éste es mi Hijo amado, mi alegría". Nosotros estábamos con el Señor en el monte sagrado y oímos aquella voz que venía del Cielo. (2 Pedro 1,16)