4 octubre 2020
Juan Pedro Bernardone
Nació en Asís en 1182 (no hay fecha exacta).
[Asís está a 180 km al norte de Roma.]
Murió a los 44 años a 4 km de Asís (1226), en la Porciúncula.
[Porciúncula traduce porcioncita, o pequeña porción de terreno. Correspondía al monasterio benedictino. El abad se la ofreció a Francisco para que viviera con sus compañeros. Tenía una capilla en ruinas dedicada a Santa María de los Ángeles. Francisco y sus compañeros la restauraron.]
Francisco fue canonizado 2 años después de morir.
Por su afecto a Francia, de donde era su esposa Juana Pica de Bourlémont, Pedro Bernardone, padre de Juan Pedro, lo apodó Francisco (francesito), pues además el niño tenía una encantadora forma de hablar y cantar en francés.
San Francisco no era como lo pintan ahora ciertos adeptos a ciertas ideologías.
No fue pauperista
O amante de la miseria, como sugieren algunas biografías.
El esplendor de los altares era su mayor preocupación. Así se nota en sus propios escritos:
«Sean preciosos los cálices, corporales, ornamentos del altar, y todo lo que sirve para el Santo Sacrificio».
«Dondequiera que se encuentre descuidado y colocado indebidamente el Santísimo Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, retírese de allí y póngase y custódiese en sitio espléndido.»
«Que los hermanos de la comunidad lleven por el mundo copones preciosos, con el fin de que allí donde esté colocado en forma inapropiada el valioso precio de la redención, tenga dónde ser reservado con el máximo decoro.»
«Que todos los que administran de manera indebida tan Santísimo Sacramento, consideren en su interior cuán viles son los cálices, corporales y manteles donde se sacrifica el Cuerpo y la Sangre de este Sacratísimo Misterio.»
«Hay muchos que lo abandonan en lugares miserables, otros que lo reciben indignamente y otros que lo administran a quienes no cumplen con las debidas disposiciones. Porque "el hombre animal no percibe las cosas que son de Dios" (1 Corintios 2,14).»
San Francisco no fue buenista.
[Buenistas son aquellos para quienes la infinita misericordia de Dios no condena a nadie, no prohíbe nada, no impone nada, lleva a todos al cielo sin condiciones.]
«Quienes no cumplen los Mandamientos de Dios, son maldecidos por Dios. Si alguien muere en pecado mortal, el diablo le arranca el alma del cuerpo. Y es tal la angustia y tribulación que le causa, que nadie podría entenderlo si no lo ha sufrido. El pecador pierde alma y cuerpo en su breve vida y termina en el infierno, donde es atormentado eternamente». (Segunda carta a los fieles)
A los frailes ingobernables, San Francisco los entregaba en manos del Hermano Juan, "el púgil florentino", conocido por ser hábil para repartir puñetazos. La medida resultaba efectiva.
San Francisco no era un pacifista incondicional
«Los hermanos no han de llevar armas ofensivas, excepto para defender a la Iglesia Romana, defender la fe cristiana, o defender su patria». (Primera Regla de la Orden Franciscana)
San Francisco no estuvo en contra de las Cruzadas
Mostró entusiasmo y admiración por las Cruzadas. Quiso participar en la Quinta Cruzada convocada en 1213 por el Papa Inocencio 3°.
Quería ayudar a los cruzados en los peligros físicos y espirituales que iban a enfrentar.
Relata Fray Iluminado de Rieti, quien acompañó al santo cuando se presentó ante un sultán de Marruecos, lo que San Francisco le dijo enérgico:
«Cuando los cristianos se lanzan a tomar las tierras que has usurpado, actúan con justicia, porque blasfemas del Nombre de Cristo y obligas a tantos como puedes para que se aparten de la verdadera Religión. Si quisieras conocer, confesar y adorar al Creador y Redentor del mundo, los cristianos te amarían».
El sultán, sorprendido por la actitud resuelta y franca de Francisco, le pidió que rezara por él para que Dios le aclarara cuál era el camino seguro de salvación.
De milagro salieron vivos Francisco y Fray Iluminado después de esto. No cabe otra explicación.
San Francisco no fue ecumenista
(Entiéndase por ecumenismo verdadero el que todas las religiones reconozcan en la Iglesia Católica el único medio de salvación y se adhieran a ella. Ver Catecismo 816 y 846. Ecumenismo falso es el que no pretende que las religiones se unan, sino se reúnan, para hacer y decir solamente lo que es común a todas, sin dejar de creer en lo que cada una cree. Este ecumenismo falso, hoy tan aceptado, es lo que sus partidarios dicen que defendía San Francisco.)
Todas las biografías de San Francisco coinciden en su fogoso ataque contra la herejía cátara.
[Los cátaros (o albigenses) creían en que Dios creó lo espiritual y satanás creó lo material.]
«Si alguien, de palabra o con hechos, se aleja de la fe y la vida católica, y no se enmienda, sea expulsado tajantemente de nuestra fraternidad». (Primera Regla de la Orden Franciscana)
«Los frailes sospechosos de herejía o cisma, serán encarcelados y entregados al cardenal protector de la Orden para que sean investigados». (Testamento de San Francisco)
San Francisco no fue musulmanista
Su meta en la Quinta Cruzada era «predicar a Cristo entre los sarracenos para que se conviertan».
En su Regla establece el deber de «Anunciar la palabra de Dios, para que los que no creen puedan creer en Dios todopoderoso, Padre creador de todas las cosas, su Hijo Redentor y Salvador, a fin de que sean convertidos y bautizados como cristianos, porque quien no nazca de nuevo por el agua y el Espíritu Santo, no podrá entrar en el Reino de Dios».
A los primeros frailes que envió a Marruecos les dijo: «En el nombre de Jesús os envío al país de los sarracenos, como ovejas en medio de lobos, para predicar y confesar la fe en Cristo y combatir la ley de Mahoma».
Ellos no sólo les predicaron, sino que les reprocharon su infidelidad al único y verdadero Dios:
«Mahoma os guía por un camino falso y mentiroso que os llevará al infierno, donde él está sufriendo ahora junto con sus seguidores». (Historia de Jerusalén, de Jacobo de Vitry, 1220)
Cinco de aquellos hermanos fueron torturados y decapitados por el califa de Marruecos, beatificados como mártires de la Fe.
Y ya vimos qué le dijo San Francisco al sultán de Marruecos.
San Francisco no fue ecologista
Nadie niega que amara la creación. Pero no la ponía en primer lugar.
«No debemos desear nada más, ni querer nada más, ni en nada más encontrar placer y deleite, sino en nuestro Creador, Redentor y Salvador, el único Dios verdadero, sumo bien y sólo bien, y el único que es bueno». (Regla de la Orden Franciscana)
Su amor por las creaturas era movido sólo por el amor a Dios.
«El que fuera portavoz de tan gran Rey quiere a los hombres conformes con la vida evangélica y con el amor a la Cruz, y no sólo amantes y enamorados de las flores, las aves, los corderos, los peces y las flores». (Encíclica Rite expiatis -Debidamente purificados-, #19. Pío 11)
«El amor de nuestro padre fundador a la naturaleza era para alabar al Artífice Divino, siempre haciendo referencia al Creador por todo lo que admiraba en las creaturas. En la belleza de la creación veía un reflejo de la Belleza celestial». (Hagiografía Franciscana, Tomás de Celano, fraile menor de la Orden Franciscana, 1228)
En su Cántico de las creaturas no hay rastro de idolatría a la madre naturaleza.
San Francisco no fue vegetariano
Cuando recibieron carne como limosna, San Francisco invitó alegremente a sus discípulos:
«¡Como dice el Evangelio, comamos libremente la comida que recibimos!».
San Francisco gustaba de celebrar las Navidades con un almuerzo a base de carne:
«¡Cuando es Navidad, no vale abstinencia!». (San Francisco antimoderno; el verdadero rostro del santo de Asís; Guido Vignelli)
San Francisco no fue revolucionario
Por el contrario, era un restaurador. Obedecía el encargo del Señor, que tres veces en la iglesia de San Damián, a las afueras de Asís, le dijo en una alocución interior: «Francisco restaura mi Iglesia, que está en ruinas».
El centro de su interés no eran la condiciones económicas, sino la pobreza espiritual. Por eso repetía:
«No hay que desear tanto la salvación del cuerpo, sino la salvación de las almas».
Tampoco promovió la lucha de clases. Más bien, trató de fomentar la armonía entre señores y súbditos.
Asís recuerda al santo con gratitud por el acto que tuvo lugar en 1210 en el gran salón del Ayuntamiento de Asís, en el que reconcilió las clases superiores e inferiores de la ciudad.
«Que los frailes no se inmiscuyan en cuestiones temporales». (Regla de la Orden Franciscana)
«No es legítimo apoderarse de las cosas de otros. Ni distribuir entre los necesitados lo que pertenece a otros». (San Francisco antimoderno; el verdadero rostro del santo de Asís; Guido Vignelli)
https://www.corazones.org/santos/francisco_asis.htm
https://www.infocatolica.com/blog/delapsis.php/1210040529-rescatemos-al-santo-de-asis-i
https://www.forumlibertas.com/quien-fue-realmente-san-francisco-de-asis/