martes, 1 de septiembre de 2015

MISAS PROTESTANTES

Vino un huracán violento. Pero Dios no estaba en el huracán.

Vino un terremoto. Pero Dios no estaba en el terremoto.

Vino un rayo. Pero Dios no estaba en el rayo.

Vino el murmullo de una suave brisa. Y allí sí estaba Dios.

Dios es sereno y apacible.

No es estruendoso, ni ruidoso, ni frenético.

Como sí lo son algunas Misas de estilo protestante.

Que más parecen un evento de parque temático

que un acto de oración, adoración, recogimiento.
El mal hace ruido; el ruido hace mal.


1 Reyes 19,11-13.