lunes, 12 de septiembre de 2022

SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA

 

12 septiembre 2022




Etimología

Mar o Mi
r : la hija preferida

Yam : de Yavé

Mar-yam o Mir-yam : la hija preferida de Dios.


Primera mención oficial

1513. 
Cuenca (España).
El Papa León X (10°) concede a la catedral de Cuenca dedicar una capilla al Dulce Nombre de María. 
Donde se celebró una Misa muy solemne en honor al Dulce Nombre de María.

Origen de la festividad

El gobernante turco Mejmet IV (4°) mandó esta carta al emperador Leopoldo I (1°):

Ésta es una orden: espere en Viena, su ciudad de residencia, para ser decapitado. 
Los exterminaremos a usted y a sus seguidores.
Niños y adultos serán torturados en forma atroz antes de matarlos de la manera más humillante posible.

El comandante Kara Mustafá sitió a Viena en julio de 1683.

El rey Leopoldo I, las tropas y los ciudadanos abandonaron la ciudad.
Sólo quedaron 5000 civiles y 11.000 soldados.
Por 1 soldado había 20 invasores otomanos (turcos).

Tras dos meses de sitio, en septiembre, los defensores de Viena estaban sin comida. 
En las murallas de Viena, los turcos habían hecho boquetes para penetrar. 
El fin estaba cerca.

Inesperadamente el rey de Polonia, Juan Sobieski, apodado "El León del Norte", vino al rescate.

Antes de partir de Polonia, el rey Juan fue al santuario de la Virgen de Chestojowa, patrona de Polonia, a quien encomendó su misión.

A mitad de camino se encontró con las tropas de la Liga Santa (España, Estados Pontificios, Repúblicas de Venecia y Génova, Orden de Malta y Ducado de Saboya), que iban a defender a Viena.

El Papa Inocencio 11 fue el alma de esta gran coalición cristiana.
Y consiguió el dinero en toda Europa para financiar las tropas.

El 11 de septiembre estas tropas defensoras llegaron a Viena. 
Eran 65.000 hombres de la Liga contra 200.000 turcos. 
Por 1 de la Liga había 3 turcos.

El 12 de septiembre, Sobieski asistió a Misa. 
La celebró el beato Marcos de Aviano, quien, en nombre de Inocencio XI (11), pidió que las tropas llevaran insignias con la imagen de la Santísima Virgen.

Sobieski se puso en manos de Dios. Y emprendió su camino a la batalla alentando así a las tropas:

"Avancemos bajo la protección poderosa de la Madre de Dios".

La victoria fue para los cristianos. 

En el año 47 antes de Cristo, el cónsul y general romano Julio César cuando venció al rey del Ponto (hoy Turquía) dijo: 
Vine, vi, vencí.

En 1683, Juan Sobieski, cuando venció a los turcos, dijo: 
Vine, vi, venció Dios.

Entró triunfante en Viena, y él mismo entonó el Te Deum (A Ti, Dios), himno compuesto en el siglo IV (4°) y usado tradicionalmente para celebrar algún feliz acontecimiento.

En agradecimiento a Nuestra Señora por haber salvado a Europa de la invasión musulmana, el Papa Inocencio XI (11) declaró la festividad del Dulce Nombre de María como fiesta para toda la Iglesia Universal.

El Santo Rosario es invocar ese dulce nombre 50 veces.
Y rezarlo incluyendo las letanías, es invocar ese dulce nombre 100 veces.

Invocar el dulce nombre de María es fuente de consuelo y gracias espirituales. Y en incontables ocasiones, de favores terrenales.

San Alfonso María de Ligorio, siglo XVIII (18), de familia de la nobleza italiana, erudito, políglota, abogado y Doctor de la Iglesia, cuenta en su famosa obra mariana Las Glorias de María:

En el siglo XV (15), una joven holandesa de nombre María, invocó la ayuda del diablo. 

Se le apareció en forma de hombre. Y le pidió que no volviera a hacer la señal de la cruz y que se cambiara de nombre.

Ella accedió. 

Seis años después, en la plaza del pueblo unos actores representaban la vida de la Virgen María.

La joven no pudo reprimir sentir nostalgia por su antigua devoción a la Santísima Virgen y por su nombre, que sus padres le habían puesto para que la Madre de Dios la protegiera, y rompió en llanto.

El demonio la levantó y la arrojó con violencia en medio del escenario de la obra teatral.

La joven contó su historia y buscó la ayuda de un sacerdote. Y volvió a usar su nombre: María.

El sacerdote la remitió al Papa. Ella se confesó con el Papa. Quien le impuso como penitencia usar tres argollas metálicas: una en el cuello y una en cada brazo.

Así lo hizo ella y además se retiró a vivir en un monasterio. 

Llevaba catorce años en oración y penitencia, cuando un día se le rompieron inexplicablemente las tres argollas. 

De algún modo supo ella que era una señal de haber sido liberada por completo, gracias a su protectora, la Virgen María, de la pena del grave pecado de haber hecho pacto con el demonio.

Dos años después murió santamente. Antes de morir pidió ser enterrada con las tres argollas, en recuerdo del poder del santo nombre de María.



https://www.es.catholic.net/op/articulos/63254/el-dulce-nombre-de-maria.html#modal

https://granreinita.jimdofree.com/fiesta-del-dulce-nombre-de-mar%C3%ADa/

https://es.churchpop.com/2021/09/12/la-joven-que-pudo-liberarse-del-demonio-por-el-santo-nombre-de-maria/