14 septiembre 2022
Historia de la Santa Cruz
En el siglo 4°, la emperatriz Santa Elena, madre del emperador Constantino, encontró en Jerusalén la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo.
Desde entonces, se le conoció como la Vera Cruz (Verdadera Cruz).
Por tradición, se dice que el hallazgo de Santa Elena ocurrió el 3 de mayo.
Por eso, en algunos lugares, esta festividad se conmemora el 3 de mayo.
Tres siglos después , los persas se llevaron la Cruz de Jerusalén como trofeo de guerra.
El rey persa puso la Cruz en el suelo frente a su trono, en señal de ultraje a la Cruz y a los cristianos.
Catorce años más tarde, el emperador Heraclio la rescató y la Cruz volvió a Jerusalén el 14 de septiembre del año 628.
Una vez en Jerusalén, Heraclio determinó trasladar con toda pompa la Cruz al templo del Santo Sepulcro. Y, luciendo sus más lujosas galas, él mismo encabezaría la procesión cargando la Cruz.
El obispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo a Heraclio que el lujo de sus vestidos no correspondía con la humildad de Quien primero la cargó.
Heraclio se despojó de los lujos, y descalzo llevó la Vera Cruz a su destino.
Con el tiempo, una parte de la Cruz fue a parar a Roma, otra a Constantinopla, otra a Jerusalén y una última parte se dividió en astillas para repartirlas entre iglesias en todo el mundo.
A modo de burla hacia la Iglesia, Calvino escribió en su Tratado de las Reliquias que con los fragmentos de la Cruz existentes se podría construir un barco enorme.
Sin embargo, el escultor y arquitecto francés Carlos Raúl de Fleury (1801 - 1875), en su obra Memorias sobre los Instrumentos de la Pasión, consignó sus cálculos, según los cuales los trozos de Cruz de los que se tiene registro son menos del 35% del total, lo que deja un amplio margen para las reliquias perdidas o sin noticia.
La doctrina sobre la veneración a la Cruz
La Iglesia enseña que la Cruz es una de las imágenes más importantes que tenemos. Pero que la veneración que le rendimos a la Cruz y a las imágenes en general, no es a las imágenes en sí mismas, sino a lo que representan.
La honra a las imágenes debe considerarse que no pertenece a la sustancia de la religión o como algo necesario para la salvación.
Aunque sí es útil, lícita, piadosa, digna de alabanza y apoyo; sólo como refuerzo mental.
Redención y salvación
Jesucristo en su Cruz nos redimió, nos reconcilió con Dios.
Fue una redención completa, una reconciliación completa.
Nos abrió la entrada a nuestra salvación.
Pero la salvación depende de nuestras obras.
No todos los que me digan "Señor, Señor" entrarán en el Cielo, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
Muchos me dirán: "Señor, predicamos tu palabra, en tu nombre expulsamos demonios, en tu nombre hicimos milagros".
Yo les contestaré: "¡Nunca os conocí; alejaos de Mí!"
(Mateo 7,21)
Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino. Porque cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos necesitados, a Mí me lo hicisteis.
(Mateo 25,35)
Los muertos fueron juzgados de acuerdo con sus obras. Cada uno fue juzgado conforme a lo que había hecho.
(Apocalipsis 20,12)
La Cruz es bendita, no maldita.
Por qué venerar la Cruz? ¿No es como venerar el revólver con el que matan a mi padre?
No. El revólver me quita a mi padre.
La Cruz donde murió Cristo no me quita, me da.
No me quita a Cristo. Cristo resucitó gracias a que murió en la Cruz.
La Cruz me da. Me da la reconciliación con Dios. Que es el principio de mi salvación eterna.
Es el instrumento para alcanzarla.
Si alguno quiere ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame.
(Mateo 16,24) (Marcos 8,34) (Lucas 9,23)
Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de Mí.
(Mateo 10,38) (Lucas 14,27)
Por eso San Pablo se gloría en la Cruz:
Sólo quiero gloriarme en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Por medio de la Cruz de Cristo, el mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo.
(Gálatas 6,14)
Pero la Biblia dice:
Si un hombre es condenado morir colgado de un madero por haber cometido un grave delito, es maldito de Dios.
(Deuteronomio 21,22)
San Pablo explica que por ley éramos malditos.
Pero dejamos de ser malditos gracias a Cristo, quien, cargando sobre Sí el grave delito, se convirtió en maldito por nuestra causa.
Toma nuestro lugar en la cruz y nos reconcilia con Dios Padre.
Así, Cristo nos deja preparados para que tomando nuestra cruz y siguiéndolo en obediencia, alcancemos nuestra salvación eterna.
(Gálatas 3,13)
¿Cómo puede ser la Cruz signo maldito?
¿Cómo no gloriarnos en la Cruz de Cristo?
https://www.aciprensa.com/noticias/video-hoy-se-celebra-la-exaltacion-de-la-santa-cruz-53694
https://www.mercaba.org/Biblia/Comentada/Galatas.htm
https://www.aciprensa.com/Catecismo/lacruz.htm
https://www.newadvent.org/cathen/04529a.htm