viernes, 31 de mayo de 2019

LA VIRGEN MARÍA VISITA A SU PRIMA SANTA ISABEL


31 mayo 2019


María se fue de prisa a un pueblo de Judá en la región montañosa (Lc 1,39)

La Santísima Virgen nos enseña:
Disponibilidad para servir. 
Sin demora. 
De modo oportuno.


María llegó a casa de Isabel. 
La saludó. 
Y, al saludo de María, 
el niño de Isabel se estremeció de gozo. (Lc 1,41)

No fue el movimiento corriente 
de los niños en el vientre de la mamá. 
Fue un estremecimiento de gozo. 
El niño de Isabel tenía 6 meses de concebido. 
26 semanas. 
No era un amasijo de células. 
Era un ser humano. 
Con emociones.


[Y, al saludo de María], 
Isabel quedó llena del Espíritu Santo. 
Y exclamó: 
"Bendita eres entre las mujeres, 
y bendito es el fruto de tu vientre. (Lc 1,42)

El Rosario no es un invento de los católicos. 
Es recitación bíblica.


[Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:] 
No creo ser tan importante como para que 
la Madre de mi Señor 
venga a visitarme. (Lc 1,43)

¿A quién llamaban los judíos "Señor"? 
A Dios. 
Por lo tanto, decir:
"la Madre de mi Señor" 
es tanto como decir: 
"la Madre de Dios"

Isabel no estaba alucinando. 
Ni estaba adulando a María.

Sus palabras eran sinceras, 
porque venían inspiradas por el Espíritu Santo".

Negar que la Virgen sea Madre de Dios,
equivale a decir:
  
No importa que lo inspire el Espíritu Santo. 
No importa que lo diga la Biblia. 
El Espíritu Santo induce a error. 
La Biblia miente. 
Aquí estoy para corregir 
los errores del Espíritu Santo 
y las mentiras de la Biblia.

¿No será todo esto blasfemar 
contra el Espíritu Santo?

Blasfemar contra el Espíritu Santo 
es blasfemar contra Dios. 
Porque el Espíritu Santo es Dios. 

Blasfemar contra el Espíritu Santo 
es un pecado contra el Espíritu Santo. 

"Todo pecado y blasfemia 
pueden ser perdonados a los hombres. 
Pero la blasfemia contra el Espíritu Santo 
no será perdonada.
Al que diga una palabra contra Mí, 
se le perdonará; 
al que diga una palabra contra el Espíritu Santo
no se le perdonará, 
ni en esta vida ni en la otra". (Mt 12, 31-32)


[Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:]
Dichosa tú por haber creído 
que han de cumplirse 
las cosas que el Señor te ha dicho. (Lc 1,45)

Estas palabras evocan el pasaje de la anunciación.
El ángel le dice a la Virgen 
que va a concebir y a tener un hijo. 
María no entendía cómo.
El ángel le dice que por un don del Espíritu Santo.
La Virgen responde al mensajero de Dios: 
Soy esclava del Señor. 
Que se haga en Mí tal como dices. (Lc 1,31-38)

La Virgen oye, cree, obedece.

Y viene a la memoria este episodio:

Jesús predicaba. 
Una mujer, maravillada con las enseñanzas de Jesús,
dice vehemente:
"¡Dichoso el vientre que te llevó 
y los pechos que te alimentaron!"
Y Jesús responde:
"Más dichosos los que oyen la palabra de Dios 
y la obedecen". (Lc 11, 27-28) 

Palabras que coinciden con las de Isabel.

Isabel exalta a María. Jesús exalta a María.

Al oír las palabras de Isabel, María responde:

"Engrandece mi alma al Señor,
mi espíritu se alegra en Dios mi salvador".

Aquí no desaprovechan los que no simpatizan 
con los atributos de María.

"¿Mi salvador?" 
¿Acaso María necesitaba salvación
habiendo nacido sin pecado original? 

O María fue salvada, o María no fue salvada.

Si fue salvada, no nació inmaculada.
Si no fue salvada, María mintió 
llamando a Dios su salvador.
Si mintió, pecó. 
Luego, no fue preservada de pecado.

Esos críticos de María se equivocan.

Se puede salvar a alguien 
rescatándolo de donde ha caído, 
o impidiendo que caiga.

María sí fue salvada por Dios.
Dios le impidió caer en pecado.

Así que:
Dios sí fue su salvador.
María sí fue preservada de pecado. 

Continúa la aclamación de la Virgen:

"Desde ahora todas las generaciones 
me llamarán bienaventurada". (Lc 1,48)

El sentido de "me llamarán" es 
"me habrán de llamar",
es decir,
"me deberán llamar".

Lamentablemente muchos no la llaman bienaventurada, o sea, afortunada.

Son hostiles. Son desafectos. Son distantes.
¿Qué pensar de esa postura?
Que no consideran que ser la madre de Jesús
sea un privilegio.
Jesús o Pepito, les da igual.