sábado, 15 de octubre de 2016
LA HERIDA EN EL HOMBRO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Jesús cargó una cruz de más de 50 kilos,
de madera tosca, sin pulir,
con bordes filosos.
Así son las otras cruces romanas
de la época de Jesús.
***
San Pío de Pietrelcina (Italia, 1887 - 1968).
Conversación entre
el Padre Karol Wojtyla (San Juan Pablo II)
y el Padre Pío.
- Padre Pío, supongo que
la herida del costado del pecho
es la más dolorosa que tiene usted.
- No. Es la herida de mi hombro derecho.
Nadie la conoce.
Nunca ha recibido tratamiento ni curación.
Il Papa e il Frate, Stefano Campanella, Edizioni Padre Pio da Pietrelcina, 2005.
Al Hermano Modestino Fucci,
que también vivía en el mismo monasterio,
el santo le confesó
que lo que más dolores le causaba era
cambiarse de camiseta.
En 1971, Fray Modestino fue encargado
de hacer el inventario de los efectos personales
del difunto Padre Pío.
Descubrió que una de sus camisetas
tenía manchas de sangre
en el área del hombro derecho.
Esa noche, Fray Modestino le rezó al Padre Pío
pidiéndole una explicación
de las manchas de sangre
en el hombro de su camiseta.
Le rogó al santo que le diera una señal
de si él había tenido la herida del hombro,
como Jesús.
Y se fue a dormir.
A eso de la 1 de la madrugada despertó
con un agudísimo dolor en el hombro,
como si se lo hubiera atravesado
hasta el hueso con un cuchillo.
Sentía que iba a morir de dolor.
Pero el dolor cedió al poco rato.
Enseguida, el cuarto se llenó de aroma de flores,
típica señal de la presencia espiritual del Padre Pío,
y se oyó una voz:
"Así fue lo que tuve que soportar".
Fray Modestino comentó que,
después de que se calmó el dolor,
experimentó la sensación de que
privarse de este suplicio
era también un tormento.
Su cuerpo lo había padecido,
pero su alma lo deseaba.
Era algo doloroso y grato a la vez.
Padre Pio and America, Frank Rega, TAN Books, Charlotte, NC, 2015.
Decía el Padre Pío,
refiriéndose a sus hijos espirituales:
"Cuando Nuestro Señor me confía un alma,
la pongo sobre mi hombro y nunca la dejo ir".
Sulla Soglia del Paradiso, Saverio Gaeta, San Paolo Edizioni, 2002.
(Nótese: mi hombro, no mis hombros).
De estas palabras,
es razonable concluir
que el santo ofrecía
por sus hijos espirituales
el terrible dolor de la herida del hombro.
***
San Bernardo de Claraval (Francia, 1090 - 1153)
Abad de la Orden Cisterciense.
Tuvo una conversación con Jesús,
registrada en las Actas del Convento de Claraval.
- Señor, ¿cuál ha sido el mayor dolor que has sufrido?
- La herida en el hombro donde cargué la cruz
es la más dolorosa de todas.
La cruz desgarró la carne hasta el hueso.
Hónrenla y, por la virtud que ella tiene,
les concederé todo lo que me pidan.
Quienes la veneren obtendrán
el perdón de sus pecados veniales,
y las gracias necesarias para alcanzar
el perdón de los pecados mortales.
http://www.sanpadrepio.com/Shoulderwound.htm
http://pt.aleteia.org/2016/07/18/padre-pio-bernardo-de-claraval-e-a-ferida-no-ombro-de-cristo/