1.
En cierta ocasión, la Madre Teresa se enteró
de una familia de religión hindú
que no tenía nada para comer.
Entonces les llevó un poco de arroz.
Los ojos de los niños brillaban de hambre.
Su mamá dividió el arroz en dos porciones
y salió de la casa con la mitad de lo recibido.
Cuando regresó, dijo simplemente:
"Ellos también tienen hambre".
Se refería a una familia musulmana vecina.
La Madre Teresa comentó después:
"Aquella noche no les di más arroz.
Quería que ellos también pudiesen disfrutar
de la alegría de dar".
2.
29 nov 1964. 38o. Congreso Eucarístico Internacional en Bombay.
La Madre Teresa estaba invitada a la ceremonia de apertura, presidida por el Papa Paulo VI.
Por el camino, vio a dos moribundos junto a un árbol: marido y mujer.
Se detuvo a brindarles por lo menos el consuelo de su compañía, hasta cuando el hombre murió en sus brazos.
La Madre Teresa cargó en hombros a la esposa y la llevó a un centro de su congregación.
Para entonces, la ceremonia de apertura
del CEI ya había concluido.
3.
Un periodista la vio atendiendo
a un enfermo con heridas nauseabundas.
- Yo no haría eso ni por un millón de dólares -comentó el hombre.
- Yo tampoco -contestó la Madre Teresa.
4.
Algunos tenían el descaro de reprocharles
a las Misioneras de la Caridad la atención que prestaban a los más necesitados,
alegando que eso los mantenía en la miseria.
Y repetían la trillada frase de que a un pobre es mejor no regalarle un pez, sino enseñarlo a pescar.
- Lo que dicen ustedes me parece razonable -dijo la Madre Teresa-. Pero los pobres con los que trabajamos no tienen fuerzas ni para sostener una caña. Hagamos un trato: nosotros los alimentamos,
y cuando ellos tengan las fuerzas suficientes,
ustedes les enseñan a manejar la caña.
5.
Un día, la Madre Teresa acudió a solicitar ayuda
a unas oficinas gubernamentales de Calcuta.
El funcionario atendió a la Madre de manera hostil y humillante.
Más tarde, el superior de dicho funcionario examinó y aprobó la solicitud.
Cuando la Madre fue a recibir la suma concedida,
el funcionario le dijo displicente y con brusquedad:
- Este dinero es para usted
Y la Madre le replicó:
- No, este dinero es para los pobres. Para mí ha sido su forma de atenderme.
6.
Estando en Holanda, un protestante y su esposa fueron a visitar a la Madre Teresa.
- En mi opinión, Madre, los católicos le dan demasiada importancia a María.
- Sin María no hay Jesús -respondió la Madre Teresa.
Esa respuesta debió de ponerlo a pensar,
porque días después, la Madre recibió de él
una hermosa postal en la que decía:
"Sin María no hay Jesús".
7.
En sus viajes por la India,
la Madre Teresa llevaba consigo una imagen
que le habían regalado de Nuestra Señora de Fátima, casi de tamaño natural.
Una vez, en el tren, colocó la imagen en el asiento vecino.
- Señora, tiene que pagar por el asiento que ocupa la imagen.
- Mi pase gratuito de los Ferrocarriles de la India
es para mí y un acompañante. Esta imagen es
mi acompañante.
- No. Las estatuas no hablan, por lo tanto no puede ser su acompañante.
- Pues, sepa usted, que unas veces yo le hablo
y ella me escucha. Otras veces ella me habla
y yo la escucho.
El revisor se dio por vencido.
8.
En septiembre de 1980, la Madre Teresa
fue a Berlín Oriental, a abrir la primera casa
de su comunidad en un país comunista.
Pero la hermana que debía quedarse en la casa sólo tenía permiso de permanencia de 24 horas.
Ambas empezaron a recitar la oración de intercesión preferida (Acordaos, oh piadosísima Virgen María,...).
Mientras la rezaban por octava vez, sonó el teléfono.
Le informaban que le habían extendido
el permiso de permanencia por seis meses.
9.
Siendo una mujer tan activa,
la Madre no rezaba la novena a la Virgen
en nueve días, sino en un solo día.
Pero tampoco rezaba el "Acordaos" nueve veces,
sino diez.
¿Por qué?
Porque la décima era para dar gracias anticipadas
a Nuestra Señora, pues daba por descontado
que la Virgen le concedería su petición.
10.
Un teólogo que visitaba a las Misioneras de la Caridad consideraba sus enfoques espirituales y pastorales propios de tiempos anteriores al Concilio Vaticano II.
Al despedirse de ellas, no pudo reprimirse:
- Hermanas, lo que hacen ustedes es admirable,
pero, teológicamente hablando,
están como hace doscientos años.
- No. Estamos peor, estamos como hace
dos mil años... teológicamente hablando.
http://www.religionenlibertad.com/anecdotas-para-conocer-madre-teresa-calcuta-mujer-51537.htm