29 mayo 2016
AI hizo pública su nueva política de presión
a los gobiernos de todo el mundo
para que no se sancione legalmente
ninguna actividad relacionada con
la prostitución voluntaria
(AI la llama "trabajo sexual").
Según AI, tales sanciones atentan
contra los derechos humanos
de quienes se prostituyen.
El Centro Nacional contra la Explotación Sexual (organización creada en EEUU) se opone a AI.
Este Centro Nacional señala a AI
como cómplice de la explotación sexual.
Despenalizar es tanto como legalizar.
Así será difícil combatir los abusos
del proxenetismo y de la trata de personas.
Será difícil ayudar a quienes quieran salirse
del infierno de la prostitución.
Ahora los abusadores serán clientes,
los proxenetas serán empresarios,
la explotación sexual será un trabajo más.
¡Vivir de vender el cuerpo para que otro obtenga placer sexual no debería ser el trabajo de nadie!
La explotación sexual no sólo debe sancionarse,
sino abolirse.
http://www.forumlibertas.com/amnistia-internacional-quiere-legalizar-la-prostitucion-mundo/
Cuando las autoridades investiguen si la prostituta ejerce voluntariamente o porque ha sido forzada, lógicamente su respuesta será: "Voluntariamente".
AI fue creada por Peter Benenson,
hombre acomodado que se hizo socialista y católico (alianza de posturas a menudo incompatibles).
¿No es una payasada?
Según los estatutos, el objetivo de AI es
impedir y poner fin a los abusos graves
contra derechos esenciales de las personas,
y pedir justicia para las víctimas de violación
de sus derechos.
(AI también apoya el asesinato intrauterino
y el suicidio asistido.)
Razón tiene el dicho popular:
"El papel aguanta todo".
Se dice una cosa, se hace otra.
Para un católico, la prostitución es pecado grave contra el sexto mandamiento.
Para este pecado, hay circunstancias atenuantes
que lo hacen menos grave,
pero sin que deje de ser grave.
Catecismo 2355
La Biblia dice: "No cometerás adulterio".
La Iglesia interpreta el término "adulterio" de este mandamiento en el sentido de adulterar el plan de Dios respecto del sexo; adulterar lo puro que tiene el sexo para convertirlo en impuro.
Por eso en las catequesis el enunciado
del sexto mandamiento es:
"No cometerás actos de impureza".
Tales actos impuros incluyen
fornicación (entre personas solteras), adulterio (infidelidad sexual de persona casada),
masturbación,
pornografía,
prostitución.
La citada interpretación de la Iglesia
se basa en el evangelio:
"Todo hombre que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella
en su corazón".
Jesús no dijo:
"Todo hombre casado que mira...".
Tampoco dijo:
"Todo el que mira a una mujer casada...".
Lo que dijo equivale a:
"Todo hombre, soltero o casado, que mira a una mujer, soltera o casada, deseándola,
ya cometió adulterio con ella en su corazón"
Ex 20,14. Dt 5,17. Mt 5,27.
Cabe aclarar:
Mirar y admirar, no es pecar.
Mirar y desear, es pecar.
Mirar y admirar a una persona atractiva
es como mirar y admirar una flor.
Sólo la persona que echó la mirada
conoce la verdadera intención
de su corazón...
y Dios también la conoce.