lunes, 11 de febrero de 2019

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES


11 feb 2019

Alexis Carrel, médico francés.
Premio Nobel de Medicina
No era hombre de fe.

Por los numerosos testimonios 
de curaciones en Lourdes, 
se interesó en investigar si eran ciertos o no.

En 1903 partió para Lourdes.
Llevaba registro de algunos enfermos 
que iban en el mismo tren en que él viajaba.

María Ferrand era un caso grave.
A los 17 tosía y escupía sangre
A los 18 años sufrió pleuresía 
(infección del aparato respiratorio, 
con dolor agudo de tórax al respirar).

Antes del viaje a Lourdes, le diagnosticaron peritonitis tuberculosa.

El estado de la enferma era agónico.

Ya en Lourdes, 
Carrel encontró a un viejo compañero de clase, Antonin Duval, que se había ofrecido 
por una temporada 
a ser camillero voluntario en Lourdes.

- Alexis, esta mañana, aquí en Lourdes, 
una monja se curó de una enfermedad incurable.

- Conozco el caso, Antonin. 
La monja se sugestionó de que estaba enferma. 
Se sugestionó de que en Lourdes se curaría. 
Y se curó. 
Cuestión de simple sugestión.

- Alexis, éste y muchos otros casos difíciles se han curado porque para Dios nada es imposible.

- Dios no existe. Para la ciencia no hay milagros. 
El milagro es algo absurdo.

- ¿Nada te podría convencer de un milagro?

- Sí. Una pierna amputada que volviera a crecer. 
La curación de un cáncer. Cosas así. 
Tengo una paciente, María Ferrand. 
Con que lograra volver a su casa, yo creería. 
Vamos para que la veas.

Cuando llegaron a donde María Ferrand, 
ya ella no podía ni hablar. 
Carrel no le daba muchas horas de vida.

Atendiendo a su última voluntad, 
la llevaron a una de las piscinas curativas.

Carrel y otro médico no creían 
que María Ferrand llegara con vida a la piscina.

No la sumergieron en la piscina por su estado. 
Sólo le rociaron agua.
Y la llevaron de la piscina a la gruta.
Allí, un sacerdote rezaba pidiendo la curación de los enfermos.

Pasada una hora, Carrel notó cierta mejoría.
Incluso le preguntó a María cómo se sentía.

- Me siento débil, pero curada.

Poco después, pudo sentarse en la cama
para tomar un vaso de leche.

Carrel se retiró de allí pensativo.
Por la noche. volvió a ver cómo estaba María.
Su mejoría era notable.

En medio de su conflicto interior, 
Carrel fue a la Basílica.
Y allí en medio de su incertidumbre, 
elevó una oración a Dios, 
en Quien hasta hacía poco no creía.

María Ferrand se hizo monja. Murió en 1937. 
Alexis Carrel murió como piadoso católico en 1944.




Viaje a Lourdes, por Alexis Carrel